sábado, 24 de septiembre de 2011

EL TREPA

      ¿Entiendes por qué no entiendo bien la oscuridad? Y no hablo de los sitios oscuros, sino de las almas sin luz que vampirizan la luz de los demás, y nunca se sacian, por más luz que arrebaten. ¿Entiendes por qué no soporto a esos seres-insecto que no se moverán a menos que puedan conseguir medio minuto de gloria, aunque sea a costa de robar una idea ajena y hacerla pasar por propia?
   No quería, dijo, protagonizar nada. No quería ser el único que se subiera al escenario. Pero en cuanto empezó a sonar la música, apartó a los demás ladinamente y de un salto se hizo con el micrófono. Intentó cantar la canción de ella, pero en la voz de él sonó como un graznido y el público silbó para que hiciera mutis por el foro. Enfadado, disparó al pianista, ahorcó al del saxo, y cuando estuvo seguro de que nadie más iba a acompañarle, se colgó de la cuerda que había dejado suelta el tramoyista y sonrió, mientras el público aplaudía. Por fin había conseguido acaparar toda la atención del respetable.

3 comentarios:

  1. El enfermizo gusto por lo central iluminado puede llevar a acciones desquiciantes. El mundo, hoy en día, me parece, ha generado lo más difícil de conseguir: pasar por él sin dejar huella.

    Abrazos

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  2. Hemos llegado a un extremo de cosas que la gente es capaz de lo que sea por su minuto de gloria. Sigo creyendo que Fray Luis de León tenía razón. Dichoso el que se aparta del mundo.
    Que tengas un buen día, Bocanegra.

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  3. ¡Impresionante, Blanca! Lo has graficado de maravilla. ¡Cuánta gente de esas características pulula por el mundo! Absorbiendo energías y talento ajeno para luego hacer su sucio y desleal trabajo. Me encantó!!!
    Felicitaciones y gracias por tu visita.
    Debo visitarme más seguido, pues sigo encontrando exclentes lecturas. Un beso grande!!!

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