miércoles, 17 de agosto de 2011

   Abrió la luz que anida en los papeles
Donde desata el mar sus calaveras.
La brújula ajustó rumbo al cadalso.
                  Ábranse las anémonas.

   ¿En qué cicuta iba a beber su pluma?
¿A qué labios salados a nutrirse
aproximó su boca?
¿Y de qué cuerpos, rendidos a la brisa,
fue a ocultarse?

   Yo sé que tuvo miedo, que sus manos
-blanquísimas y frágiles- temblaron
poco antes del naufragio, y sé también…
Mas no he de revelarlo.
Aquí viven sus versos. Ved sus huellas.
¿Quién puede sujetar a la palabra?
Ábranse las anémonas. Yo calle.
Que mi silencio desvele su infinito.

   (De "Franjas de sombra")

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